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lunes, 31 de octubre de 2011

Tu niña, suena bien...






Se veía el miedo en los ojos, estaba realmente asustada. Y es que hay errores en la vida, que puedes permitirte cometer, de los que aprenderás, aun que no quita que te vayan a doler, y después están ese tipo de errores, que cambian tu vida por completo, que pasan a formar parte de ti como una cicatriz que no se puede borrar de tu piel, de esos con los que tendrás que cargar toda tu vida.
No sé tus intenciones, no sé si lo que dices lo dices de verdad, sé que demuestras lo que dices, ¿es posible que alguien finja tan bien y durante tanto tiempo por un deseo, un capricho de una noche?

Nunca supiste querer, nunca quisiste aprender, ¿por qué iba a ser esta vez distinto, por qué iba a ser conmigo distinto?


No soy como esas chicas, ni nunca lo seré. No puedo adaptarme a tu mundo. No puedo formar parte de él, no puedo formar parte de ti.






~Dejarás los sentimientos a parte, mente y alma fría, calcularás cada movimiento, ¿esto es un juego no? Debes convertirlo, en tu juego.
No podrás estar jamás segura de que como va a acabar, pero puedes estar segura de que se enamorará de ti. Y si lo hace, serás la excepción.

-¿Cómo?

~Siento tú.

domingo, 30 de octubre de 2011

Por un sueño




El aire se hacía más y más espeso cuanto más cerca estaba de ella. Casi le costaba respirar, notaba pequeñas compulsiones en su pecho por la necesidad de aire, aire fresco, no cualquier aire.
Se acercaba despacio, besaba lento, sentido. La calidez de su cara contrastaba con su aliento, frío, gélido. Era una sensación que te cosquilleaba por todo el cuerpo. Otro más por favor.

¿De verdad es real? No puede ser tan perfecto, algo tiene que fallar, en algún momento tendré que caer.

Te quiero.

Es difícil aceptar la realidad, cuando aquella mentira era todo lo querías escuchar.

Verás, tengo que ser sincera. No es el momento ni el lugar. Pero sé que eres tú. Sé que no quiero sentir lo que siento, sé que quiero confiar ciegamente en ti, sé que me vas a fallar, que nunca seré una excepción, que soy una más. Sé que no puedo evitar sentirlo, se que el mundo es perfecto cuando me acaricias, sé que todo problema deja de ser importante cuando tu estás aquí. Sé que no siempre estarás aquí, sé que te quiero aquí.
No sé como va a acabar esto.

Agarró su cara, la sostuvo entre sus manos, notaba su acelerada respiración, tenía miedo, yo estoy aquí, susurró.


No es que no quiera tener algo contigo si no que contigo quiere tenerlo todo.

Pero, lo peor de todo, es no saber lo que sientes tú.

viernes, 28 de octubre de 2011

Primavera anticipada




Juro, por lo que más quiero, que jamás había deseado tanto que alguien pudiera leer mi pensamiento.

No podía dejar de reír, no podía dejar de mirarle, juraría también que tenía eso en la mirada, que se enciende cuando hablas estúpidamente sobre alguien con quien podrías pasarte horas.


No me gusta. Nunca me va a gustar. Repetírtelo medio millón de veces, y no creértelo ni una sola vez.

Nunca nadie antes la había tratado como él la trataba. Era todo maravilloso, como ella quería, cuando ella quería, y sin que hiciese falta que ninguno lo pidiese. Era como si conociera a fondo lo que necesitaba en ese momento.

Contaba los minutos y los segundos para verle, nada más acercarse entre la muchedumbre, le reconoció, podía notar los frenéticos latidos de su corazón. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su cara, empezó a disimular que no estaba pendiente de los centímetros que les separaban en cada momento, la miró, ella sabía que le miraba, se sentía la persona más especial que había en aquel lugar, sentía que él, la hacía especial. Miró sus ojos, que tanto tenía en mente últimamente. Él sonrió, su sonrisa, pasó a ser nada más que el eje entorno a lo que giraba todo su mundo, acarició su cara. No es que hubiera olvidado como se sentía una caricia como aquellas, sencillamente, nunca había sentido caricias iguales, nada se podía comparar a esa sensación.

Estaba a mi lado, siempre que lo necesitaba lo estaba, ¿pero siempre es así al principio, verdad?

Todos la miraban, pensando que estaba mal, que aquello no era correcto, y que no llevaría a nada bueno, que no podía estar con él, que no era el momento. Ella lo sabía, no lo era, no estaba bien, no era correcto y no llevaría a nada bueno, pero... Sencillamente, merecía la pena equivocarse.


Lo demás se paraba, el tiempo se frenaba, nada más estaba presente, solo estaba él.


No sería difícil acostumbrarse al tacto de las caricias - pensó.


Hablaban sin parar, cualquier cosa era válida para distraer la mente de una tentación.



La mejor manera de acabar con la tentación es caer en ella.


No sé si los principios, si la ética, si que coño era aquello que le decía que no cayera en la tentación, fuese lo que fuese, gritaba a la vez que su corazón y la batalla estaba demasiado igualada.

Los sentimientos se oxidan, se acaban, se terminan con el tiempo, pero al principio, las indirectas, las pequeñas caricias, las miradas que lo dicen todo cuando los labios no dicen nada, que lo prudente está rompiéndose en añicos en una parte de tu mente, guiños, sonrisas...

Es una sensación pura, que te recorre todo el cuerpo de los pies a la cabeza.


Hablaban sin darse cuenta, que a cada palabra se acercaban un suspiro el uno al otro.

Acabando a pequeños centímetros el uno del otro. Mirándose fijamente a los ojos, que débiles miraban de reojo a los labios.

Es solo una piel sobre la piel.



~Hay caminos que hay que andar descalzo, ya no te preocupes más por mi, siempre me entra arena en los zapatos, esta vez me quedo aquí, si te cabe el cielo en un abrazo, siempre habrá una estrella para ti, si catorce vidas son dos gatos, aún queda mucho por vivir.

jueves, 27 de octubre de 2011

Sin mirarnos a los ojos







Y es que al comienzo todo es perfecto, ideal, el amor infinito, las promesas irrompibles y el futuro prometedor, no se te pasa por la cabeza ni un instante que algo se vaya a interponer, no permitirías que nada se interpusiera. Al principio, lo sientes dentro, en la composición de tu sangre, sabes que no puedes prescindir de algo así, que es lo más grande que te ha ocurrido, y sin duda, entonces, lo es. No te paras a pensar que vaya a salir mal, todo es tan indescriptible que piensas que será para siempre, que esa sensación durará toda la vida, que siempre será un vosotros, que nada se podrá comparar a aquello, y si no piensas eso durante el principio... es que algo falla.
Pero eso no dura para siempre, eso se acaba, tarde o temprano, antes o después, nunca se acaba cuando uno de los dices, basta, se acabó, se acaba cuando tú mismo dices...fin, cuando sientes que nada volverá a ser como antes cuando estáis juntos, cuando hay algo que te dice, hasta aquí.
Cuando piensas que es el fin, que se acabó todo, no es más que el principio.


Cuanto se gritó diciendo nada, no pudimos ver con tanta luz. Yo buscaba el cielo en tu mirada, y nunca sabré lo que encontraste tú. Detrás del viento un huracán se fue formando en la cabeza.




martes, 25 de octubre de 2011

No me quieras tanto, y quiéreme mejor.





Hacía tiempo que este ya no era su lugar, hacía tiempo que ya no pintaba nada allí.
¿A dónde, con quién? No lo sé. Supongo que son de esas cosas que tampoco importan, son cosas que vas averiguando por el camino.
A donde me llevé el viento, y con quien quiera venir conmigo.
¿Para qué? Esa sí la sé.
Para ser feliz.






Un camino al principio está lleno de posibilidades, de disyuntivas, decisiones, está lleno de piedras, temores, y sentimientos que aún quedan por ordenar.
Estaba nublado, no era capaz de ver más allá de sus pasos. No necesitaba nada más, estaba convencida de que lo mejor aún estaba por llegar.


Ese momento en el que lo ves todo oscuro, que piensas que es el final, ese momento, es el principio.



Hey idiot ! ...I love you.


Todo y nada que explicar a quien conoce de este cuento, más de la mitad.


Creía estarse volviendo loca. Siempre con la misma mierda en la cabeza, una y otra vez, y es que no le gustaba lo que veía, las conclusiones a las que llegaba, solo buscaba una excusa para seguir haciendo el estúpido esperando algo que ya ni siquiera le importaba tanto como antes.
El mismo cuento de hace semanas... una pizca de palabras bonitas, una cucharada de promesas y un poco de esperanza.
Despierta esta vez no será distinta, sigues siendo la imbécil que espera mientras se le pasa la vida.
Tenía la idea clara en la mente de cambiar esa situación.
Si me quieres, demuéstramelo, no me lo digas no lo quiero saber, lo quiero
sentir. Si no eres capaz de hacerlo, quizá estés equivocado, quizá no
me quieras.
Basta de que se nos vaya la fuerza por la boca.

Decide, y decide ya. No hay más tiempo, ya lo hemos perdido bastante, hay mil y una opciones esperando a que tú te decidas. No hay vuelta atrás, no se puede retroceder. Solo hay una única dirección, ¿recuerdas?


Estaba claro.
Sabía que era lo que tenía que hacer. Coraje, valentía, valor... todo movido por el orgullo, de no acabar hundida.

Se va.

domingo, 23 de octubre de 2011

Pequeña palabra, grandes sentimientos.

Estaba ahí, con aspecto despreocupado, parecía tratar de no girar la vista, para no dedicarle una mirada de esas que tanto le gustaban a ella. Parecía estar haciéndose un poquito de rogar. En cuanto lo vio entrar por la puerta, cambió su gesto, posaba para que él la mirara. Todo era un juego. Un juego perfecto. Coincidieron sus miradas. El corazón le dio vuelco. Millones de posibilidades aparecían de la nada. Le guiñó un ojo y apartó la mirada. Se quedó totalmente embobada, era completamente suya. Con cada gesto le robaba una sonrisa sin siquiera esforzarse, que el resto del mundo no conseguía arrancarle.

La vida es algo que hay que morder...

... y en cada labios tiene un sabor.



Que pena sería morir sin experimentar ese amor del que tanto se habla y tan pocos conocen.
Un amor desvergonzado, simple, donde las cosas llevan su propio curso, pasional y ansioso, verdadero, puro, sin ser forzado. Este que da la sensación que solo aparece en las películas. Con esos gestos pequeños, de esos son de los que se compone lo que nosotros llamamos amor.

Miradas, caricias, susurros, abrazos, risas, conversaciones de madrugada, la necesidad de echar a correr para ver quien viene detrás, escapadas, besos, esos momentos que dejan la piel de gallina, sentirte protegida entre sus brazos...
Amor...

Bruto, natural, volcánico... era lo mejor del mundo.
Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, petas, hachís, rayas, hierba,marihuana, chocolate, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd, éxtasis, vozka...Mejor que el sexo, el sexo tántrico, el kamasutra... Mejor que la Nutella, los helados con caramelo, mejor que esa película que tanto te hace llorar, mejor que Titanic, mejor que Star Wars, la saga del Señor de los Anillos, Harry Potter, mejor que saltar en paracaídas, mejor que el puenting, mejor que las primeras gotas de lluvía en época de sequía, mejor que el crujido al pisar las primeras hojas de otoño, mejor que saltar las olas del mar en verano, mejor que hundir tu cuerpo en la arena, mejor que los andares de Marilyn, Lara Crof, Naomi Campbel o la Pitufina. Mejor que Neil Amstrong sobre la luna, que papá Noel, que la fortuna de Bil Gates, las experiencias cercanas a la muerte, el colágeno de los labios de Pamela Anderson... Mejor que un orgasmo.

Dime que lo entiendes y puedo fingir que te creo.

MÁS, MÁS, MÁS.






Escuchaba la lluvia contra su ventana entre cada canción. Cerró los ojos y fue atrás en el tiempo, donde todo era perfecto, donde la realidad superaba con creces las expectativas de sus sueños.
Dijiste que estabas a mi lado,cuando yo te necesitara. Y no te das cuenta de que es cuando no estás, cuando te necesito realmente.
Mirando a su al rededor ya no quería confiar en nadie, todo le había decepcionado.
Este mar, cada vez, guarda más barcos hundidos.


Ella misma había destrozado todo lo que tenía, todo lo que le hacía sonreír por querer más y más. Y es que llega un momento que no arriesgas por no valorar lo que tienes, si no por que las cosas dejan de satisfacerte como antes lo hacían, y sabes que tienes mucho que perder, pero quería más, necesitaba algo más.
Veía a las parejas por la calle de la mano, sonriendo y hablando, veía parejas sentadas en la hierba mirándose, besándose, esa confianza eses pequeños gestos de todos los días que ella nunca había tenido, eso era lo que ella quería.

Besarle, del verbo quiero. Abrazarle, del verbo necesito.



sábado, 22 de octubre de 2011


La rabia salía por cada uno de mis poros, no podía soportarlo. Salí corriendo de allí, con ganas de gritar, con ganas de aporrearlo todo, moriría si no me iba en aquel momento. Me aseguré que ya no me podían ver para soltarlo todo, me puse a llorar en medio de la calle sin importarme quien mirara, eché a correr rápido hacia el portal, saqué las llaves temblorosa sin saber si subir o no. Abrí la puerta y subí rápido escalón tras escalón sin dejar de llorar. Entré apurada apretando con fuerza los dientes para que nadie me escuchara sollozar. Me metí en la primera habitación que vi. Cerré con brusquedad y me apoyé contra la puerta para que nadie se entrometiera en esto. Intentaba no hacer ruido pero ya me había delatado a mi misma. Empezaron a petar tras la puerta. A cada golpe subía el tono de mis gritos, no podía evitarlo. Estallé.


Se la oía gritar y llorar a kilómetros de allí, cada vez más y más fuerte, como si la estuvieran torturando, como si estuviese muriendo por dentro lentamente. Me abrió por fin la puerta, solo quiso que pasara yo, le avergonzaba estar llorando, empezó a arañarse la cara para sacarse las lágrimas, le agarré el rostro, tenía la mirada perdida, la respiración agitada y no podría para de llorar, de moverse de un lado a otro, quise abrazarla pero rehuía de todo aquello que pudiera consolarla. Aquello tenía que acabar, sí o sí.


Llevaba meses, años... esperando ese momento, todo había terminado, cómo iba a ser verdad, costaba tanto creerlo. Tenía todos mi recuerdos allí, allí lo había vivido todo. ¿Se podía odiar tan profundamente y querer a la vez una misma cosa? Sentía de nuevo la rabia de siempre, no había sido capaz de continuar, no había sido capaz de seguir. Todo se había derrumbado. Todo lo que había vivido a día de hoy era mentira, todo era tiempo perdido, todo se había reducido a nada.

No había sido capaz de salvar nada. Adiós años perdidos.

¿Sabes lo que es la sensación de haber perdido toda tu vida?


Nunca estuviste en mi lugar, nunca sentiste mi dolor.

Estaba harta de llorar, harta de odiarlo todo, harta de levantarme por las mañanas. Solo quería desaparecer del mundo, escapar, morir. Lo que fuera, pero no, todo se repetía, las mismas historias, día tras día, sin poder hacer nada para evitarlo.

Olvidé por fin lo que era llegar llorando todos los medio días, encerrarse en la habitación y no salir hasta la cena, olvidé por fin lo que era llorar hasta quedarse dormida.

Irme de aquel lugar supuso volver a empezar, irme de allí supuso borrón y cuenta nueva, era volver a ser yo, era volver a nacer, iniciar una nueva vida, desde 0 sin nada ni nadie.

Me sentía a salvo, protegida, en un mundo nuevo, un mundo diferente, un mundo perfecto. Nunca había imaginado que la realidad pudiera superar sin medida a los sueños. El pasado era solo como un día malo. Estaba atrás, nada lo traería de nuevo a mi vida, no me alcanzaría más.


Pero, abre los ojos, el pasado vayas donde vayas, te perseguirá para siempre.

Si hay algo de lo que no puedes huir, es del pasado.


¿Alguna vez te has parado a pensar que debería ocurrir para que un día normal se convierta en el más feliz de tu vida?

Inocencia

No te puedo decir que la vida es fácil y bonita, no te puedo asegurar que todo vaya a salirte bien siempre, que todo vaya a ser color rosa o que la gente te vaya a abrir el camino. Solo puedo decirte seguro que te enseñaré a reír y a llorar, que reiré contigo y lloraré contigo, que hay algo que esta vida nunca te va a poder arrebatar es a mi, por que esté donde esté, te estaré apoyando, protegiendo. Sea como sea, yo estaré ahí.

Bienvenido al mundo pequeño A.

No conozco otra manera de vivir.

Ese momento en el que te llevas las manos a la cabeza, que solo quieres gritar y chillar algo que ni siquiera tiene sentido, que las lágrimas caen una tras otra sin pedir permiso, cuando solo quieres empezar a destrozar las cosas por mi mismo antes de que el tiempo las destruya, cuando solo quieres acelerar ese proceso que te está quitando la vida, terminar cuanto antes con todo. No quieres hacer nada, ni nada te satisface, solo discutes y buscas más problemas en donde sea, solo quieres destrozarlo todo. Cuando todo el mundo es un enemigo, cuando odias todo y a todos, tú mismo incluido. Entonces, es que has llegado al punto límite de lo que podías soportar.
Estás tan sumamente cansada de que todo te salga mal sin importar que te hayas dejado la piel con cada palabra, que hayas vivido por y para, sin importar cuanto hayas sufrido. No cuentan tus victorias cuentan tus derrotas.
Vive por y para ti. Si total las cosas van a acabar siempre mal, al menos disfrutar por el camino.

jueves, 20 de octubre de 2011

Déjame el timón.







Vamos a dejar de mirarnos como si fuésemos dos extraños. Vamos a dejar este juego de críos y decir las cosas como son. Vamos a dejar de perder oportunidades cada dos por tres, de dejar pasar el tiempo, por que simplemente no es el momento. Te diré una cosa, siempre, siempre es el momento. Dejémonos de escusas y pongamos a un lado los miedos y los límites, no volvamos a anteponer nada a lo que nosotros queremos en cada instante, a lo que sentimos.
Déjame llevar el timón.




No quiero un maldito amor civilizado, no quiero un ¡buenos días, cariño!¿Qué tal has dormido? Quiero vivir momentos dignos de contar a mis nietos mientras fingen que me escuchan, quiero esos momentos que se te escapan de las manos, que van fuera de tu control, que ya no puedes parar, ni puedes, ni quieres. Eso es lo que quiero, perder el control.
Quiero tardes enteras perdidos por las calles.
Quiero hablar, gritar, chillar, soñar, reír a carcajadas, besar.
Quiero vivir.

Sólo quiero en mi vida a esas personas que me quieran en la suya.
Asi que voy a dejar de mirar al futuro como si fuera a devorarme, y voy a empezar a devorarme al futuro. Es la hora de vivir un buen presente para tener un buen pasado que recordar en el futuro. He cometido errores, y me quedan miles por cometer.



Bienvenido a mi corazón. No esperaba visita, disculpa el desorden y por favor, no rompas nada.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Te quiero.





Lo malo de callarse los sentimientos, es ahora, es esto, es cuando vienen todos juntos, de golpe y no sabes cual escupir primero, no sabes cual te está haciendo más daño, ese horrible vómito de palabras, eso que nunca te dije, eso que nunca nos dijimos, sale, en un solo instante, miles de lágrimas, sensaciones, sentimientos, emociones, todo. Todo sale en un solo grito. Pues bien, quiero sentir ese vómito de palabras, quiero mirar hacia el cielo, cerrar los ojos y coger aire, quiero gritar, quiero chillar hasta quedarme sin voz, quiero decirlo todo, ya está bien de callar cosas, de reprimir sentimientos.

Ya está bien de creerte, de décimo terceras oportunidades a situaciones insostenibles. Si me quieres, demuéstramelo, si no quieres perderme, haz algo por lo que me quede a tu lado. Ya está bien de tanto lloro y tanto lamento.
No es nada fácil encontrar el camino cuando estás perdido, no es nada fácil escuchar la música entre tanto ruido. Palabra tras palabra, ya nada lo puede parar, ha venido para quedarse, no sé sus intenciones, no sé las mías.
Olvidar duele. Esperar duele. Y no saber a qué estas esperando, sentirte como una idiota, duele más todavía.
Ya tan solo me queda luchar, no por supervivencia si no por orgullo.
Afrontar cualquier obstáculo que en mi vida se pueda cruzar
Todo se largó, se marchó, terminó la maldita esperanza.



Quiero sentir el escalofrío que recorre todo tu cuerpo cuando te acarician...











Estoy cogiendo aire, es mi turno, tengo que gritar.

lunes, 17 de octubre de 2011

¡Ahora!


Ahora es el momento de reaccionar, actuar, demostrar...
Eso intento por encima de todo, reaccionar, pero tú estás tan cerca, y es tan difícil...
¿Quién dijo que fuera fácil? ¡Mírame! ¡Ahora! ¿es que crees que estaré aquí siempre?
...No
¿Y a qué esperas? ¿Un milagro, una señal quizás? Solo hay alguien que puede conseguir lo que quieres, y ese alguien eres tú. ¡Ahora!
¿yo, ahora?
Aquí y ahora. Yo algún día me iré... algún día dejaré de quererte.
No quiero que lo hagas...
Ni yo creo que pudiera hacerlo, pero a veces me gusta pensar que soy capaz de vivir sin ti.

viernes, 14 de octubre de 2011

Esperar



Cuando piensas que ya no te puede pasar nada peor, que ya estás al borde de lo que podías soportar, entonces, la vida te sorprende y te baja un escalón más.. otro más.
Solo me queda esperar a que mi mundo se vuelva a ordenar, que el agua vuelva a su cauce y siga la corriente, como todo en esta vida. Y es que veréis amigos, esperar es como estar en una estación de tren, estás cansada y asustada y quieres subir en cualquiera que te lleve lejos de todo. Ves los trenes pasar, y a la gente irse, te vas quedando sola, y cada vez estás menos segura de que es lo que estás esperando en verdad. Estás esperando tu tren. No esperes que lleve un cartel, ni que baje alguien a decirte que este es el camino correcto a la felicidad. Solo, cuando sea el momento, te darás cuenta de que es lo que estabas esperando. Tienes miedo y no sabes que hacer, pero lo que tenga que pasar, pasará. Así de simple.
Me gustaría cerrar los ojos y dejarme guiar - pensó.

jueves, 13 de octubre de 2011

La vida se nos va.




He cambiado mil veces de opinión, estoy con esto todo el día en la cabeza. Un día pienso que merece la pena luchar por todo, que nada puede salir mal si estás aquí, y al día siguiente quiero tirar la toalla, pienso que las cosas nunca van a volver a cambiar y que por esperar a que algo pase, lo que se nos va a pasar va a ser la vida. No sé que pensar, quiero tener una idea clara en mi cabeza a la que aferrarme cuando ni siquiera sé lo que siento.


Y ahora llegas tú, con una sonrisa de oreja a oreja, con tu forma de ver la vida sin complicaciones, prometiendo un mundo perfecto, apunto de tocar el cielo, pero sinceramente, no, no quiero tocar el cielo y acostumbrarme a su textura, cuando tienes en tu poder arrebatármelo de un momento a otro. Lo dices todo, pero nunca dices nada.
Lo haces todo más difícil.


Solo sé, que no sé nada.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Escoria



Nunca supiste lo que de verdad sentía hacia ti. Nunca pude decirte la verdad. Siempre bajo órdenes, míralo bien, sonríe, contéstale bien, cómprale algo que es un día especial...
Debes saber, que en realidad no me conoces, por que jamás fui contigo la persona que quise ser, jamás. Y es que verás, a veces me paro a pensar y me pregunto como como una persona puede perder todo lo que ha conseguido en su vida, y que no le importe lo más mínimo, y que siga comportándose de la misma manera, para perder lo único que que le queda. Pero, en realidad, no te queda nada, por que si piensas que te quedo yo, estás muy equivocado, hace mucho que me he ido de tu lado. Por que cada vez que me acuerdo de todo lo que pasé por ti me dan ganas de arrancarme las venas una a una, para que tu sangre deje de correr por ellas.

Me doy asco a mi misma, solo de pensar que tengo que llevar tu sangre, tus apellidos...


No sabes, que el peor insulto que me podrían decir es que me parezco a ti. No sabes cuantas cosas me llevo callado, ni las que me tendré que callar. Solo espero que algún día te des cuenta, de que todo lo que te ha pasado solo tiene un culpable, y ese culpable eres tú. Y llegará, llegará pronto el día en el que te veas solo, el día en que pueda dejar de fingir, y te preguntarás como has llegado hasta ahí. Pero solo tienes lo que te mereces, por que nadie en su sano juicio querría estar con alguien como tú.

El teléfono empezó a vibrar a escasos metros de mi cabeza, en cuanto pude reconocer el número rechacé la llamada, ¿tanto te cuesta ver que no quiero hablar contigo?¿En serio no ves que te odio? No tengo ni un buen recuerdo a tu lado. Un hijo no es un adorno del que presumir delante de tus amigos por si tiene o no buenas notas o si juega bien o mal al fútbol, un hijo es mucho más que eso.

Y verás... que mandes un cheque cada mes, no te convierte en mi padre.

Toda una vida.

Solo si tu quieres.

martes, 11 de octubre de 2011

Uno que ve con los ojos cerrados.




¿Lo escuchas?


Habla, grita, chilla, se queda sin voz. Pero nadie le escucha.


Que se acostumbre, que lo asuma. “Lunes, miércoles y viernes te lo que das tú, martes y jueves me lo quedo yo. Fin de semanas alternes” Parece que hablan de un perro, de un objeto cualquiera al que darle patadas cuando estás de mal humor. Un objeto que no puedo opinar, que solo observa lo que pasa a su alrededor. Que vé como las cosas van de mal a peor. Un objeto que lo sabe todo y finge no saber nada. Uno que no puede llorar, que solo consuela, nunca es consolado. Un objeto más de la casa, que adorna, sin importancia suficiente. Uno que no puede valerse por sí mismo.

Uno que ve con los ojos cerrados. Que no puede enamorarse, que no siente besos, ni caricias...

Pueden cambiarlo de lugar, pueden esconderlo, arrojarlo, callarlo, reprimirlo, obligarlo. Pero no pueden cambiar lo que ha visto, lo que siente lo que es, lo que piensa lo que quiere. Solo le harán más fuerte, solo conseguirán que crezcan sus alas para salir de allí, en busca de algún lugar, de alguien, donde deje de ser, un peón en su propia vida, donde pueda elegir, aquel lugar donde la única forma de callarla sea con un beso. Donde los sueños sean algo más que una simple aspiración.

Por que algún día dejará de ser solo un objeto de tu propiedad, al que no le queda más remedio que actuar según tu parecer, y piensas que lo tendrás eternamente... pero, llegará un momento en el que lo necesites a tu lado y ya no estará. Por que el tiempo pasa pero este objeto sentirá lo mismo que ayer.

lunes, 10 de octubre de 2011

¡ Disculpa mi osadía !



Herida, pero no destruida. Ya es un motivo más para seguir el camino, ¿con o sin ti? No, sin ti no es una opción. Siento no haber dicho las cosas a tiempo para no tener que llegar a este punto, y también me arrepiento de cada instante en el que pensé que sería lo mejor.

Enamorarse es como saltar desde un piso muy alto, tu cerebro te dirá que no es buena idea, y tu corazón está seguro de eres capaz de volar. Siempre te he dicho que algún día te enseñaré a volar, mantengo mi promesa, como espero que tú mantengas las tuyas.

Y al respirar, propongo ser quien ponga el aire, que al inhalar te traiga el mundo a esta parte.
Respirar, tan fuerte, que se rompa el aire.







- El pasado es solo como un día malo - susurró - nada es para siempre, pero por suerte, tampoco los problemas.




sábado, 8 de octubre de 2011

No me dejes ir !

¿Soy egoísta por pedirte que luches por mí, por pedirte que me demuestres, aun que solo sea una única vez, lo que tantas veces me has dicho, lo soy por hacerte prometer que no me dejarás ir? ¿Quizás soy egocéntrica o caprichosa?
Una vez, una vez me basta para volver a pensar que merece la pena sufrir, esperar, recorrer cualquier camino si al final estás tú.
Por supuesto, que nadie, y mucho menos yo, puede decirte como debes sentir, ni puede reprocharte lo que hagas.
Solo quiero, que no te vayas sin mi.
Solo pido, que vuelvas a buscarme.
Por favor, no me dejes ir.

Esta vez, si no respiro, es por no ahogarme.


El valor para marcharse el miedo a llegar.

Esa sensación de cuando eres pequeña y todos duermen ya, es de noche y está todo oscuro, no ves nada a tu alrededor, echas a correr con la esperanza de llegar a algún lado, tropiezas y no ves nada más allá de ti, y en esa oscuridad te llegas a imaginar lo peor que puede haber en la mente de una niña de cinco años, el miedo no te deja pensar.

Jugar al azar, nunca saber donde puedes terminar.

Voy dando tumbos a oscuras, ya no me queda nada, te has ido, y te has llevado todo contigo. Sé que es lo que debía pasar, pero aún así, duele, duele mucho, tener que sonreír como si todo fuera estupendamente cuando te estás muriendo por dentro, cuando solo tienes ganas de llorar, de chillar, de detener el tiempo y destrozar todo cuanto te rodea.
Duele ver lo rápido que te olvidas de todo, duele me que hables con normalidad, me duele decir que estoy bien mientras estoy llorando. Me duele incluso respirar.

Solo quiero desaparecer. Despertar lejos, muy lejos de aquí. Y olvidar todo lo que me hace llorar, solo recordar lo bueno.

Contigo a mi lado, todo se veía de otra manera. Te echo de menos.

When the end can you see

No te despiertas un día queriendo a alguien y dejas de hacerlo a la hora de la siesta.
Si de algo estoy segura, es que te quiero, de que te quiero muchísimo, y de que no me arrepiento de absolutamente nada. Alguien me dijo que una vez que nunca debía arrepentirme de nada que me había hecho sonreír, de nada que me hubiera hecho feliz, y eso hago.
Pero a veces llega un punto en el que una situación es insostenible y te das cuenta de que alargar algo así solo conseguirá incomodar, lastimar y perder lo único que queda, sin poder salvar nada, sin que quede nada más. No quiero llegar a ese punto en el que no quede nada entre tú y yo.
Me odiaría a mi misma si te lastimase, por eso no sé que hacer, no sé que estoy haciendo...

Dime algo. Yo no soy capaz de decir nada más.

viernes, 7 de octubre de 2011

No me dejes ir.




Irrumpió en su vida como de la nada, haciéndose poco a poco un hueco, sin que ni siquiera ella lo permitiera, siempre había pensado que cogerle cariño a la gente te hacía vulnerable, y todo el mundo, amigo, persona especial, da igual quien sea te acabará por hacer daño.

Consiguió un lugar privilegiado. Supo hacer que ella le quisiera. Revolucionó su vida a su antojo, puso su mundo patas arriba, tal y como ella lo conocía.

Pasaba horas con él en su mente.

Hablando con él las horas parecían minutos, adoraba su forma de intentar hacerla reír, y también cuando se quedaba mirándola fijamente a los ojos. Era como un juego, una historia, un camino, sin normas, ni obligaciones y una única dirección.
Sin principio ni final, solo que cada uno quisiera ir contando.


En un instante el tiempo se detiene y algo en ti se acciona. Y ya no hay marcha atrás. En ese momento te das cuenta de que las personas no llegan a tu vida por una simple casualidad.
Ahora ese juego forma parte de tu vida, ese juego, empieza a darle sentido a tu vida. Es una sensación indescriptible, de la que no quieres prescindir.
Estás al borde de un precipicio, con una única dirección. Solo te queda saltar y esperar volar con la posibilidad de caer. Pero, los grandes precipicios no se superan a b
ase de pequeños saltos, si no con grandes pasos. Pero... ¿quién esta estaba dispuesto a arriesgar todo lo que tiene hasta ahora, por algo totalmente ambiguo?

Quiso convencerse de que está bien abandonar, no correr riesgos, seguir la corriente, sin dramas, sólo no es el momento... Pero sus razones no son razones, son escusas, lo que hacía era esconderse de la realidad y la verdad es que sentía miedo, miedo de que si se permite ser feliz por un momento su mundo pueda venirse abajo, y no sabía si podría superarlo...otra vez.

Pero hay algo que grita a un hilo de voz... no me dejes ir, por favor.


Por favor.



Alieuq.



Dejarse llevar, suena demasiado bien.


Me vi envuelta en sentimientos que jamás había sentido, rodeada de gente que parecía estar esperando a que yo reaccionara, hablara o tomara la decisión que guiaría mi vida por el resto de los tiempos, miré a todas aquellas personas, sabía quienes eran, cada uno de ellos, sabía sus gustos, su fecha de cumpleaños, compartíamos recuerdos, pero no eran los mismos que en aquellos recuerdos que yo tenía.

Algo había cambiado. Mi vida era un coche sin frenos cuesta abajo, y yo al final de la cuesta, esperando...

Me estremecí. Millones de sensaciones recorrían mi cuerpo, todas haciéndome sentir que hiciera lo que hiciera, todo acabaría mal. Que no podía hacer nada para evitar que todo lo que había construido hasta ahora se derrumbara a mi pies. Atada, sin poder hacer nada para salvar mi vida... sin poder hacer nada para salvarme.
No sabía que hacer ni con quien hablar, ¿qué podía decir? si ni siquiera sabía lo que me pasaba. Demasiados sentimientos, para reconocerlos a primera vista.

Sentí ganas de gritar, más fuerte que nunca, de llorar, pero hiciera lo que hiciera sus rostros no se inmutaban, la vida seguía, conmigo o sin mi, nadie iba a esperar que entendiera lo que pasaba en mi cabeza para continuar con sus vidas. Era como un peón en mi propia vida, sin voz ni voto, las ordenes llegaban de arriba de algo que yo no podía alcanzar, como si fuera una persona diferente para mi misma, y era incapaz de entenderme.

Piensas que quieres morir pero en realidad lo que quieres es que te salven.

Sálvame.