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jueves, 24 de noviembre de 2011

No me sale fingir

Por más que quiero, no me sale fingir. No puedo mirarte y sonreír como si no pasara nada, tampoco puedo hablar contigo, decirte que todo va mal, que las calles empiezan a estar coloreadas con ese estúpido tono navideño, y a mi se me viene el mundo encima, que no sé lo que me pasa y no sé si quiero saberlo, que me siento atada de pies y manos, agobiada, como obligada a sonreír, obligada a ser feliz, como si me impusieran una felicidad idilica, pero que no está hecha para mi, como si no encajara en el mundo...

Y poco a poco, empiezas a pensar, y a darle vueltas una y otra vez a las mismas cosas, empiezas a ver detalles que antes no creías ni que estuvieran ahí, empiezas a ver como el tren sigue su camino, como la gente sigue con sus vidas mientras tú estás sentada, esperando a que se te pase lo que quiera que sea esto, un ataque de pánico quizá, por no reconocer los sentimientos que saltan en mi cabeza de un lado a otro.
Empiezas a ver como las personas que creias a tu lado se van distanciando de ti, sin que nadie ni nada vaya a remediarlo.
Empiezas a querer soltarte de las cuerdas, salir de los límites y forzar todo lo que te ata a lo que es tu vida como la ves ahora, quieres romper con la rutina, perder el miedo, y abandonar todo aquello que te pueda agobiar, perderlo todo, por el simple motivo a tener miedo a afrontar las cosas... Tal vez sea así como tiene que ser, que sea el momento de dejarlo todo y replantearse lo que quieres, de vivir a tu manera, tal vez si lo único que me puede volver a dejarme esa sonrisa de tonta sean los recuerdos, tal vez sea lo mejor. Un amor no puede vivir de un recuerdo. Tú, no puedes vivir de un recuerdo.

Es como una montaña rusa, cuando estoy contigo, me siento en la cima, y que nada va a poder bajarme de allí, que todo es perfecto y no tengo motivos para preocuparme, en cambio, en cualquier momento, baja de golpe y todo son dudas y preocupaciones...

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cierra los ojos

Estar mal es jodido de por sí, sin que además le pongas la complicación de no tener ni idea de por qué, cuando se supone que todo es perfecto ahora, llevas semanas luchando por algo que ahora no te satisface como tenía planeado, día tras día dejándote la piel, pero algo falla, hay algo que no va bien... A veces tienes esa sensación de querer escapar, huir de todo y empezar otra vez, ¿harías el mismo esfuerzo para llegar hasta aquí, después de todo? Es una mezcla de decepción y desesperación, por no saber que es lo que ha ido mal.

Y otras veces, sientes que tienes que luchar por aquello que tratabas de conseguir, fijar un objetivo y no rendirte por que las cosas no pinten bien.


Quieres vivir, sin atarte otra vez, sin tener que dar explicaciones a nadie de lo que quieres o de lo que haces, sin tener que pararte a pensar si lo que vas a hacer le puede parecer mal a alguien, vivir según tu propio parecer. Por que simplemente te apetece.
Es como si supieras como va a acabar todo, como si empezaras el camino desde el final...


Quiero vivir sin dar explicaciones. ¿Es tarde para volver atrás?



Eso sí, al estar contigo, todas las sensaciones del mundo, desaparecen se convierten en una sola...
Indescriptible.

martes, 15 de noviembre de 2011

Feliz, feliz Navidad.

No puedes evitar empezar a pensar cómo será este año...


Encabezaba la mesa con una sonrisa radiante, de oreja a oreja, de esas que valía la pena hacer cualquier cosa por ver tan solo un instante, en una cara inocente y dulce, que desconocía del mundo cualquier maldad.

Sus ojos centelleaban, igual que las tiras de luces que adornaban en techo, igual que el colorido del árbol, sobre aquellos regalos de los que no podía apartar la vista.

Comenzaba a ilusionarse a finales de noviembre, decorar el árbol junto a su hermano, pelearse por quién coloca la estrella, dormirse junto al árbol para complicarle la vida a los que quisieran poner los regalos, que la llevaran en brazos a la cama congelada por pasarse horas mirando las luces que parpadeaban sin parar, agitando los regalos para adivinar lo que había dentro, abriendo, poquito a poco el papel para verlos antes de la fecha, las comidas en familia, dejarte la voz en gritar para escuchar aquel capítulo de los Simpson, que en realidad ya habías visto cincuenta mil veces, pelearse por qué canal poner, o en cuál ver las campanadas, observar pausadamente a cada una de las personas, y la felicidad que todo el mundo desprendía en aquellos tiempos que no cambiarías por nada, todos pendientes de la pequeña de la casa, que se quedaba dormida al calor de la chimenea, escuchando esas conversaciones de adultos que intervenías con tu opinión, que a todos les parecía descabellada, salir a ver las estrellas y gastar bromas, humear el frío aliento.
~¿Estás llorando?
-¿Quién yo? ¡No!

Sí, si lo estaba, las primeras Navidades siempre son las peores, no sabes que decir, hay silencios incómodos, nadie pelea, y te miran como si te estuvieses muriendo delante de ellos, te mueven entre algodones, y tú, sabes por qué es. Miras a tu al rededor y de repente todo por cuanto esperabas todo un año se convierte en un puto horror, donde todo es conveniencia y egoísmo. Nunca estás donde quieres estar, solamente obedeces y acatas las órdenes, te callas tu opinión, ya no es el momento que te apetecía pasar junto a los tuyos, ahora es el momento que tienes que pasar junto aquellos completos desconocidos, repitiéndote lo bien que estarías ahora si nada hubiera cambiado como lo hizo. Nochebuena aquí, Navidad allí, fin de año allá y en año nuevo solo rezas para que te toque donde te toque, ese año sea diferente, para poder disfrutar de nuevo unas Navidades de las de antes, por las que darías tu vida y robarías las vidas que fuesen necesarias, solo quiero un poquito de aquello, que tú me quitaste y no he vuelto a tener.

Cuando pasa nadie es capaz de mirarte a la cara, todos se sienten, en mayor o menor medida, culpables por eso que está pasando, todos creen que pueden hacer más de lo que hacen, pero en realidad no hacen nada, “el tiempo lo cura todo”, y una mierda, el tiempo hace que todos lo olviden pero tú jamás lo olvidas, para ti nada ni nadie vuelven a ser lo mismo que antes. Todos siguen su camino y tú te quedas sentada esperando a que alguien te sonría como antes, mirándote a los ojos, diciendo que todo volverá a ser como antes, aun que sea mentira. Cuando pasa el tiempo lo ves lejano y piensas que ya no le afecta, que ya no puede doler, pero no es así. Desde ahí se ve fácil, desde ahí piensas que se olvida, pero jamás, jamás olvidas lo que sentías antes y que ya no crees que volverás a sentir...

sábado, 12 de noviembre de 2011

Diferente, raro, extraño.








Miraras por donde miraras era todo descontrol, parecía aquello una macrorgía, una lamentable acumulación de errores, bañadas en alcohol, que fumabas poco a poco, como cualquier droga. Y tú no eras mucho mejor, tú también estabas allí.

El frío le recorría el cuerpo más rápido que la propia sangre, era como si tuvieras el cuerpo dormido, que mientras despierta, aún no lo notas, pero sientes ese incómodo y doloroso cosquilleo que lo invade.



Y es que es esa desesperada sensación cuando, ves que después de tantas cosas que han pasado ya se veía la luz, y las vidas parecían volver a su cauce natural, y todo vuelve a torcerse, tarde o temprano, cada vez para peor, y peor.
¿Qué le pasa al mundo?





Era como una puerta que ponía prohibido el paso, lo vuelve más y más tentador, tanto que te acabas convenciendo a ti misma de que necesitas entrar, da igual lo que digan los demás, por mucho que una parte de tu cerebro sepa que tienen razón, tú solo quieres probar, jugar a equivocarte.
Por mucho que te digan, yo ya cometí eses errores, no lo cometas tú también, sabes que lo harás, por que en la vida, tienes que cometer tus propios errores para aprender de ellos, no puedes aprender de los errores de los demás... O puedes, pero no lo harás.

Querías equivocarte y ahora estás atrapada, sin saber si salir, cómo salir o si es salir lo que quieres, estás asustada, desde fuera parecía todo mucho más bonito, más perfecto, como si nunca fueras a cansarte de ese mundo, pero... le recordaba a cosas, que ya le habían hecho daño en varias ocasiones.



Tenía su cara entre mis manos, la sujetaba, para que fuera capaz de manterse con fuerza, aún así tenía la mirada perdida, lamentablemente, no era algo fuera de lo común para mi, podía reconocer la misma mirada de otros ojos.

Me besó, sus labios sabían a aquel veneno amargo, como sus palabras.



Cada uno pone su propio límite.
Y yo ya he marcado el mío.

Por que verás, no soy diferente a esas personas, soy como todas, pero hay una gran diferencia entre ellas y yo, yo, sí te quiero.




Tonto y tantas veces cínico.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Basta.

Basta, ya ha sido más que suficiente, no quiero más sentimientos, más pensamientos ni sensaciones, no sé que es lo que quieres ahora, necesito ignorarte, desconectar, frenar un poco este ritmo, ¿es que no puedes relajarte y dejarme ser feliz un instante?

Se supone que debo serlo, he conseguido lo que me había propuesto, he salido de los baches que me ha puesto la vida, y saltado los obstáculos del camino, y aún así nada te complace, ¿Qué es lo que te falta?
Te he complacido con cuanto estuvo en mi mano, y así me lo pagas, contradiciéndote, confundiéndome, acelerándote, tentándome, provocando, robándome suspiros, inmiscuyéndote en mis pensamientos.
Para ti es tan fácil, no tienes complicaciones, solo dictas las órdenes, no ves más allá, y esperas que todo sea cuando tú lo pides, estúpido.

martes, 8 de noviembre de 2011

Ahora sé que nunca, nunca volveré



Sabes que todo acaba, que todo termina, cuando ya no eres capaz de recordar los sentimientos que te llevaron hasta aquel lugar. Cuando miras a esa persona a los ojos y no reconoces ni una de aquellas cosas que te enamoraron, sientes que no le echas de menos a él, si no a la persona que creías que era hasta ese momento, y entonces, la gran pregunta ¿Mereció la pena?
Empieza a rondar tu cabeza, a torturarte, ¿puede que hayas perdido tanto tiempo con los ojos fijos que una realidad que solo existe en tu cabeza? Ya no queda nada, tanto tiempo... para que todo se reduzca a esto, a una cajita de recuerdos que en cualquier momento se quedarán archivados en alguna parte de mi memoria. Y si todo acaba siempre, si todo se termina, ¿qué es lo que merece la pena en esta vida?



Hoy y ahora, tú eres un mundo a parte para algunos, y el mundo entero para otros, merece la pena por ser quien eres ahora, por ser tú, esa mezcla de tantos errores, de tantas, lágrimas, sonrisas, cada recuerdo y cada momento de tu vida es lo que hace que hoy seas como eres, y que para alguien, seas el mundo entero.

¿Quién tiene tiempo para preguntas filosóficas hoy en día? Qué merece la pena... qué sentido tiene...
Pues bien, todo los caminos, que sigas con el corazón, merecen la pena.