Ahí estoy, soy ese cigarro, que se consume entre los barrotes de tu balcón mientras te preguntas por qué las cosas pasaron así, con la cara hundida entre tus piernas, llorando por costumbre.
Soy ese golpe en el armario, en el que replicaron tus nudillos la impotencia de no estar a su lado, de los quejidos y los reproches que suplantaron los gemidos y los juegos.
Soy los pasos, que desandan las distancias indeseadas, innecesarias.
Soy el tira y afloja que disfraza la felicidad, que tu aflojas y ella tira, que sin esfuerzo eres suyo, que sin necesidad de decirlo, la quieres.
El eco de su risa, el brillo de sus ojos, el sabor de su pintalabios.
Esa mirada que no se puede fingir y esa sonrisa al otro lado de la habitación que te recorre todo el cuerpo.
Soy los pequeños detalles, un principio que se magnifica, el primer día del resto de tu vida.
Vuelveme a querer como lo hiciste ayer bailando lento.
Soy lo único que me queda de nuestro amor, de ti.
Solo soy yo.
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