No puedes evitar empezar a pensar cómo será este año...

Encabezaba la mesa con una sonrisa radiante, de oreja a oreja, de esas que valía la pena hacer cualquier cosa por ver tan solo un instante, en una cara inocente y dulce, que desconocía del mundo cualquier maldad.
Sus ojos centelleaban, igual que las tiras de luces que adornaban en techo, igual que el colorido del árbol, sobre aquellos regalos de los que no podía apartar la vista.
Comenzaba a ilusionarse a finales de noviembre, decorar el árbol junto a su hermano, pelearse por quién coloca la estrella, dormirse junto al árbol para complicarle la vida a los que quisieran poner los regalos, que la llevaran en brazos a la cama congelada por pasarse horas mirando las luces que parpadeaban sin parar, agitando los regalos para adivinar lo que había dentro, abriendo, poquito a poco el papel para verlos antes de la fecha, las comidas en familia, dejarte la voz en gritar para escuchar aquel capítulo de los Simpson, que en realidad ya habías visto cincuenta mil veces, pelearse por qué canal poner, o en cuál ver las campanadas, observar pausadamente a cada una de las personas, y la felicidad que todo el mundo desprendía en aquellos tiempos que no cambiarías por nada, todos pendientes de la pequeña de la casa, que se quedaba dormida al calor de la chimenea, escuchando esas conversaciones de adultos que intervenías con tu opinión, que a todos les parecía descabellada, salir a ver las estrellas y gastar bromas, humear el frío aliento.
~¿Estás llorando?
-¿Quién yo? ¡No!

Sí, si lo estaba, las primeras Navidades siempre son las peores, no sabes que decir, hay silencios incómodos, nadie pelea, y te miran como si te estuvieses muriendo delante de ellos, te mueven entre algodones, y tú, sabes por qué es. Miras a tu al rededor y de repente todo por cuanto esperabas todo un año se convierte en un puto horror, donde todo es conveniencia y egoísmo. Nunca estás donde quieres estar, solamente obedeces y acatas las órdenes, te callas tu opinión, ya no es el momento que te apetecía pasar junto a los tuyos, ahora es el momento que tienes que pasar junto aquellos completos desconocidos, repitiéndote lo bien que estarías ahora si nada hubiera cambiado como lo hizo. Nochebuena aquí, Navidad allí, fin de año allá y en año nuevo solo rezas para que te toque donde te toque, ese año sea diferente, para poder disfrutar de nuevo unas Navidades de las de antes, por las que darías tu vida y robarías las vidas que fuesen necesarias, solo quiero un poquito de aquello, que tú me quitaste y no he vuelto a tener.

Cuando pasa nadie es capaz de mirarte a la cara, todos se sienten, en mayor o menor medida, culpables por eso que está pasando, todos creen que pueden hacer más de lo que hacen, pero en realidad no hacen nada, “el tiempo lo cura todo”, y una mierda, el tiempo hace que todos lo olviden pero tú jamás lo olvidas, para ti nada ni nadie vuelven a ser lo mismo que antes. Todos siguen su camino y tú te quedas sentada esperando a que alguien te sonría como antes, mirándote a los ojos, diciendo que todo volverá a ser como antes, aun que sea mentira. Cuando pasa el tiempo lo ves lejano y piensas que ya no le afecta, que ya no puede doler, pero no es así. Desde ahí se ve fácil, desde ahí piensas que se olvida, pero jamás, jamás olvidas lo que sentías antes y que ya no crees que volverás a sentir...